En xuño de 1952 celebrábase o I Trofeo do Corpus de fútbol (coincidindo coas festas grandes de Ourense) coa participación do Celta, Deportivo da Coruña e Sevilla, resultando o primeiro gañador o equipo vigués. CD Ourense non participou ata a quinta edición, acadando o seu primeiro Trofeo do Corpus no ano 1959, gañando 3-2 ao Deportivo. Na década dos 70 aínda temos noticias da celebración do Trofeo das festas de Ourense, e ao longo dos anos participaron tanto equipos nacionais como internacionais (Sport Club Recife, Belenenses, Sport Enschede, Beiramar, Sporting de Braga...). Dende 1961 o trofeo é unha enorme reprodución das Burgas.
A continuación recollemos o artigo de Ricardo Gago publicado na Región do 15 de febreiro de 2014:
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Iribar |
"Aquellos trofeos del Corpus"
Durante las antiguas Fiestas de
Corpus había unos “números estrella” de saraos atractivos, como eran la Batalla
de Flores, el Descenso del Miño, el Festival de la Canción y como no, el Trofeo
de Corpus de fútbol.
Memorizamos que por el Estadio
del Couto pasaron con tal motivo grandes equipos de primera línea, en amistosa
pero seria disputa del “Corpus” que ya empezaba a tener cierto prestigio, como
(que yo recuerde) Celta, Deportivo, Las Palmas, Sporting de Braga, Stal Mielee
de Polonia, Valladolid,… Ath. Bilbao, en el que por cierto empezaba a ser
figura el fabuloso Iríbar, que llegó a venir al Couto con rango de
internacional, y que tuvo la gentileza de fotografiarse con todos los
aficionados orensanos que se lo pidieron al final de aquel partido (no hago
memoria de contra quien). Curiosamente todas esas fotografías las hicieron en
las puertas de entrada de aquel pequeño vestuario de “esquina” que el Couto
tenia junto al corner derecho-este, y que los aficionados de antaño
recordareis; hoy aún se conservan del mismo sus escaleras de acceso desde el
exterior del estadio.
El campo se abarrotaba con más de
6.000 espectadores en sus gradas de General, Lateral, Tribuna y Marcador,
localidades que ya habían sido sustituidas por las de hormigón y asiento
corrido, con lo cual había flexibilidad para alojar mayor número de
espectadores si ello era necesario; solo era cuestión de apretujarse un poco
más. Antes de empezar el correspondiente encuentro, la Banda de Municipal de
Orense ofrecía un miniconcierto de música popular desde el centro del campo, lo
que proporcionaba más vistosidad a los prolegómenos.
Era todo un auténtico lujo
deportivo en fiestas: campo, equipos, afición, ambiente… Las calles de la
ciudad, especialmente Ervedelo y alrededores del campo, eran un hervidero de
gente que concedía gran importancia al evento; y Orense rebosaba de un jolgorio
poco usual. Los puros habanos humeaban debajo de los sombreros del personal, la
ocasión lo merecía. Había que entrar en ambiente para poder atender a todos los
acontecimientos que las fiestas nos ofrecían; pero en especial al Trofeo de
Corpus en el Couto.
Tenían hasta un grado de
singularidad, porque “el partido” se empezaba a vivir varios días antes, en las
calles, en los corrillos, en los bares… No dejaba de ser fútbol amistoso, pero
que se le daba tanta importancia como hoy a un internacional entre clubes de
élite, en aquellos tiempos en que no existía la tele para embobarnos como
ahora, con el deporte de la patada al balón en la Primera división nacional, u
otros atractivos vistos por televisión. Porque el techo del aficionado local
estaba en la “Tercera”, representada por Club Deportivo Orense, y hasta no
hacia mucho tiempo por la Unión Deportiva Orensana. O en los encuentros de
“gran categoría” disfrutados a través del oído, es decir escuchados por la
radio, quienes se podían permitir el lujo de disponer de ella.
Los equipos visitantes cada año
marcaban un interés inusitado; nada de “pachangas en el juego”; ni de
presentarse con sus equipos filiales para cumplir. Esas trampas no las ponían
en práctica los clubes que aceptaban venir a Orense con gusto, y deseaban
llevarse el goloso trofeo a sus vitrinas. Hay que decir que además de un alto
valor artístico de aquellos “copones” -fabricados por cierto por un conocido
orfebre local y previamente expuestos durante varios días en el escaparate de
Barreiros, en la esquina de Paseo con Capitán Eloy- eran motivos de gran invite
para que los orensanos futboleros acudieran al Couto a ver “fútbol de lujo”.
Seguramente si hubiera tenido continuidad en las organizaciones de los
susodichos trofeos que daban nombre a nuestras fiestas y ciudad, hoy estarían a
la altura de los grandes veraniegos, que todos conocemos en nuestro país;
aunque posiblemente en decadencia por las consideraciones de la crisis. Como
todo.
Pero ya son historia; nada es
perdurable. Las circunstancias económicas fueron cambiando, aun sin tener que esperar
unos años a la llegada de la recesión del 72; y que con ella empezó a menguar
la contratación de aquellos partidos, por las correspondientes comisiones
municipales de fiestas, para nuestro deleite. Los orensanos, acostumbrados a
ver el fútbol más modesto, considerábamos un súperlujo los eventos; que además
enaltecían los festejos, dándoles un caché especial, al que acudían aficionados
en autocares desde las villas de toda la provincia, con pancartas de “Saludo a
Orense, a sus fiestas de Corpus y a los equipos participantes”.
Haber traído estas pinceladas al
recuerdo, y aunque solo sea un poco por encima estas historias de los 50-60, ha
sido por la insistencia de muchos veteranos aficionados, que aun conservan con
gran orgullo aquellas fotos hechas al lado del legendario Iríbar.
Fonte: -La Región
- Club Deportivo Ourense de J.M. Fernández Sobrino, Deputac. de Ourense
Foto de Iribar: martiperarnau
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